En 2007, el CEO de Citigroup, Chuck Prince, dijo una frase: "Mientras la música siga sonando, tienes que levantarte y bailar." Un año después, Lehman Brothers colapsó. La música se detuvo. Esa es la crisis financiera de 2008. Pero no es un cisne negro, no es un accidente repentino. Es un rinoceronte gris. Desde el año 2000, los precios de las viviendas en Estados Unidos se dispararon. Los bancos prestaron desesperadamente, prestando dinero a aquellos que no podían pagar. Estos préstamos subprime fueron empaquetados en productos financieros complejos, que se intercambiaron en Wall Street. Todos sabían que esto no era sostenible. Los precios de las viviendas no podían seguir subiendo para siempre. Aquellos que ganaban treinta mil dólares al año no podían pagar una hipoteca de quinientos mil dólares. Pero nadie quería detenerse. Porque mientras la música siga sonando, todos están ganando dinero. Los bancos ganan comisiones. ...