Construido por la startup estadounidense de tecnología de defensa Anduril, Fury opera casi completamente por sí mismo, llevando a cabo planes de misión y ajustando su vuelo sin intervención humana. "Estos vuelan por delante de los cazas tripulados, y son capaces de encontrar al enemigo primero, pudiendo involucrar al enemigo mucho antes de que un caza tripulado tenga que ser visto o esté al alcance", explica el CEO Brian Schimpf.