Hay algo extraño en cómo la celebridad parece estar más desconectada del éxito en estos días. Entre los medios de prestigio (NYT, NYer, VF) y las redes sociales (opiniones, publicaciones, etc.), Jennifer Lawrence y Sydney Sweeney han estado en todas partes recientemente. Ha sido genuinamente difícil—como un usuario que principalmente publica sobre política/economía y que nunca reseña películas ni hace entrevistas a celebridades—evitarlas. Pero sus películas ambas fracasaron. Como, fracasaron completamente. Si sumaras estos totales de taquilla del fin de semana de apertura, la suma—$4 millones—seguiría siendo un desastre. Estoy acostumbrado a que las estrellas de cine sean famosas porque sus películas las convierten en estrellas. Pero la celebridad parece estar menos ligada al éxito de los productos culturales subyacentes de lo que solía estar, y me pregunto a qué se debe eso o qué significa.