El instrumento científico más poderoso del siglo XXI no es el microscopio electrónico ni el colisionador de partículas. Es el algoritmo. Hoy en día, un científico en biología, física, química, etc. es más probable que esté depurando un script de Python que realizando un laboratorio húmedo. En el futuro, los mayores avances serán principalmente logros de software, como AlphaFold.