Australia ha registrado sus tasas de natalidad más bajas de la historia, nuevamente. Al mismo tiempo, niveles récord de inmigrantes continúan llegando al país. Pero la inmigración no solo está empobreciendo a los australianos, sino que está directamente relacionada con la disminución de las tasas de natalidad. La investigación muestra que la inmigración en sí misma es un factor detrás de la disminución de las tasas de natalidad: contribuye significativamente a la vivienda inasequible, el estancamiento del crecimiento salarial y la disminución de la productividad, todos factores que los investigadores han identificado como razones clave por las que los australianos no pueden tener tantos hijos como quisieran, tan jóvenes como quisieran, o formar una familia. La peor parte es que los australianos nunca han sido consultados sobre inmigración. Durante décadas, han estado firmemente en contra de los grandes aumentos, pero una y otra vez son ignorados mientras aumenta la inmigración, lo que los hace más pobres e incapaces de tener las familias que desean. Entonces, la solución no es solo decirle a la gente que "tenga más hijos"; es para aliviar las presiones económicas que actualmente les impiden hacerlo. La inmigración actualmente reemplaza a nuestra gente por el bien del crecimiento económico, pero esto significa que está destruyendo nuestra nación. Porque un país no es su PIB o geografía, es la gente.