He estado escuchando un libro llamado The Running Ground. Hay una historia muy chula al principio del libro que me dejó paralizado... El autor describe un momento formativo en su vida que tuvo lugar en una competición de atletismo durante su segundo año de instituto. Era nuevo en el deporte y había tenido la oportunidad única de competir en una carrera de dos millas en la competición más importante de la temporada. Su mejor tiempo en la distancia fue de 11 minutos y 30 segundos, así que esperaba poder igualarlo para darle a su equipo una oportunidad de ganar. Se preparó obsesivamente para la competición, usando su circuito de casa para calcular los parciales exactos vuelta a vuelta que tendría que lograr para alcanzar su tiempo objetivo. Los memorizó y estaba listo para ejecutarlo cuando se plantó en la línea de salida de la competición. No lo sabía, pero había cometido un error crítico: La competición se celebró en un circuito algo más largo que el de casa, por lo que los parciales no estaban bien. No mucho, pero sí lo suficiente para marcar la diferencia. Mientras se mantenía en sus parciales de vuelta durante la primera milla, supuso que iba justo en su ritmo objetivo, pero en realidad iba muy por delante. Cuando cruzó la línea, se quedó atónito: 10 minutos 48 segundos. 42 segundos más rápido que su objetivo, un récord personal enorme, un récord escolar de clase baja, y suficiente para ayudar a su equipo a llevarse la victoria. Reflexionando sobre la experiencia, el autor escribió: "Si hubiera entendido lo rápido que corría, no habría podido correr tan rápido. Porque no conocía el circuito, porque no sabía cuánto duraban las vueltas, no me asusté ni apagé mi cuerpo, simplemente seguí adelante. Para hacerlo, primero tuve que olvidar que no podía hacerlo." Esa última frase se ha quedado grabada en mi cerebro. Porque si miras con atención, esta dinámica aparece en todas partes. Tus límites suelen ser menos físicos que psicológicos. No límites de capacidad, sino límites de creencia. Te cuentas una historia sobre quién eres y de lo que eres capaz. Crees que sabes exactamente lo que puedes hacer, así que te dosificas en consecuencia. Estableces "splits" conservadores para tu carrera, tus relaciones, tu arte, tus ambiciones. Caminas por tu vida basándote en tu medición de una "huella" que puede que ya no sea una representación precisa de la realidad. Y en cuanto notas que vas demasiado rápido, te aflojas en silencio y de forma subconsciente. Te refugias en la versión de ti mismo y de tus capacidades que has memorizado. ¿Pero qué pasa si esa versión está desactualizada? El pasado de la 1.0 a tu presente de la 2.0. ¿Y si la pista ha cambiado? ¿Y si eres capaz de correr mucho más rápido y más tiempo... ¿Y lo único que te frena es ese diálogo interno que no puedes? Así que, aquí va la idea con la que quiero que te sientes (¡o huyas!) esta semana: ¿Qué podrías hacer si primero olvidas que no puedes hacerlo? La respuesta puede cambiar tu vida...
Aquí tienes el libro. Lo estoy disfrutando mucho hasta ahora. Algo meditativo de escuchar, similar a Barbarian Days, que me encantó absolutamente.
49.43K