Pensamientos... Los smartphones son uno de los pocos inventos que comprimieron severamente la distancia entre cómo los pobres y los ricos experimentan el mundo. Durante la mayor parte de la historia humana esa distancia fue insalvable porque los pobres no tenían forma de imaginar qué existía más allá de su entorno inmediato, mientras que los ricos tenían acceso a toda la extensión del mundo. La caja negra cambió eso. Cuando un teléfono conectado a internet caía en todas las manos, los pobres tenían una ventana a un mundo que nunca podían ver. Pero el cambio más profundo vino desde la dirección opuesta. Los ricos, que antes absorbían el mundo directamente a través del viaje y el acceso, empezaron a vivir dentro del mismo contenedor digital. Voluntariamente comprimieron su propia experiencia en el mismo portal de cinco pulgadas que los pobres usaban para ampliar la suya. Esa convergencia fue lo que cerró la brecha. Ambos grupos pasan ahora la mayor parte del tiempo moldeados por entradas digitales idénticas. Navegan por los mismos feeds, responden a las mismas señales de estado y absorben las mismas ilusiones de personas que parecen vivir mejor. La apariencia se convierte en el punto de referencia. El punto de referencia se convierte en el entorno. El entorno se convierte en la experiencia. La única diferencia que queda entre ricos y pobres es la habitación en la que se sientan mientras son hipnotizados. ...