.@ChristinaPushaw tiene razón. Los desastres del transporte en Canadá no son solo "accidentes". Son el resultado inevitable de un sistema que importa extremistas Khalistani bajo la cobertura de asilo y luego les entrega las llaves de máquinas de muerte de 40 toneladas. Esto no es compasión. Es putrefacción política. La clase gobernante de Canadá está tan entrelazada con los bancos de votos Khalistani que agitar la bandera separatista prácticamente garantiza asilo, protección y un pase libre para eludir la ley. Nunca olvides: este es el mismo Canadá que fue a la guerra con India defendiendo a un inmigrante ilegal con documentos falsos que construyó una milicia en suelo canadiense. Cuando recompensas el extremismo con estatus, no solo debilitas tu democracia, pones vidas inocentes en la carretera como daño colateral. Canadá no solo ha albergado terroristas. Ahora los está criando en sus instituciones.