Hola. Mi nombre es Halli. Soy el fundador y CEO de Ueno. Primero que nada, quiero decir que sí. Ueno ha vuelto. Estoy un poco sorprendido. Realmente no lo estaba planeando. Comencé Ueno en mi apartamento en Reikiavik, Islandia, en 2014. Y siete años después lo vendí a Twitter por mucho dinero. Pero no era el dinero. Puede que sea difícil de creer, pero esa no era la razón. El negocio iba genial, no necesitaba dinero. Necesitaba un nuevo desafío. Ueno había crecido durante esos siete años hasta tener múltiples oficinas y más de 100 personas. Estábamos trabajando con las marcas más grandes del mundo en algunos proyectos realmente emocionantes. Pero aún así, sentía que algo faltaba. Había estado en el exterior durante mucho tiempo, trabajando para empresas para crear algo y luego se lo entregábamos a ellos para que lo cuidaran y lo hicieran crecer. Quería estar dentro de una gran empresa y ver las cosas hasta el final, ver cómo crecían. Quería un desafío y el más grande que pude encontrar fue Twitter. Ayudar a las personas a hacer mejores conexiones, encontrar sus comunidades, involucrarse de manera más sincera. Las cosas no salieron como esperaba. Pero en retrospectiva, eso no es realmente lo que importa. Hicimos un gran trabajo y aprendí más de lo que podría haber imaginado. Sobre los altibajos corporativos y sobre mis propios altibajos. Vi cosas que no creerías. Y luego, de repente, estaba libre y fui y creé otras cosas. Construí muchas rampas para sillas de ruedas, construí un restaurante y un cine, un banco, un estudio de grabación, una comunidad para personas creativas. Comencé un podcast, lancé un álbum visual, actué en algunas películas. Hice todo lo que siempre quise hacer. Y fue genial. Pero después de cuatro años lejos de Ueno, seguía picándome. Este pequeño picor. La sensación que tengo cuando alguien llega con algo que es solo una idea y quiere nuestra ayuda para hacerlo realidad. Se siente como magia. Como alquimia. Extrañaba esa sensación. Y así que, sí, Ueno ha vuelto. ¡Blammo!