La envidia y los celos atormentan a tantas personas cuando otros tienen cosas que desean, están en un lugar donde quieren estar, están haciendo cosas que quieren hacer, son mejores que ellos en cosas en las que desearían ser buenos. Estos sentimientos son una verdadera maldición, mucho más que solo el ladrón de la alegría. Con el fallecimiento de Charlie Kirk hoy, he visto a muchas personas decir que les afectó de una manera que nunca habían sentido con la muerte de alguien que no conocían y, honestamente, yo siento lo mismo. No soy un seguidor ávido de él, pero he visto lo suficiente como para reconocer su inteligencia, pasión y determinación para concluir que es uno de los buenos. Realmente me impactó cuando supe que solo tenía 31 años, un año menos que yo, y sin embargo ha logrado tanto y ha hecho una verdadera diferencia en el mundo. El tipo de persona que ha hecho tanto que puede hacer que otros se sientan más pequeños y avivar esos sentimientos de envidia, celos e incluso odio. Para mí, realmente dolió ver a alguien con un potencial ilimitado y tanto más que dar al mundo ser asesinado sin sentido por intentar mantener un verdadero discurso vivo entre personas con opiniones diferentes. Este tipo de discurso está muriendo lentamente en nuestra sociedad hoy y se está convirtiendo en un gran problema. La gente no quiere que sus ideas sean desafiadas porque no pueden manejar la disonancia que eso conlleva, lo que lleva a la debilidad y a eventos como el de hoy. Es un día muy desafortunado, pero Charlie hizo más en sus 31 años que la mayoría en toda una vida, incluyéndome a mí, pero no estoy celoso, estoy inspirado ✊