Siempre que he sentido que mi vida carecía de propósito, cada forma de consumo parecía una pérdida de tiempo. Ver un resumen de fútbol, escuchar música, desplazarme por las redes sociales durante incluso diez minutos, mi cuerpo reacciona inmediatamente con un asco absoluto. Energía completamente agotada en el acto Pero cuando me gusta quién soy y hacia dónde voy, ya no es tan serio. Pongo una nueva serie, me pongo al día con algunas suscripciones de YouTube antes de dormir, de repente todo se vuelve objetivamente agradable Ya no se etiqueta como improductivo. Mi cerebro deja de pensar que estoy desperdiciando mi futuro. Ahora solo soy yo haciendo cosas. Nada se convierte en una amenaza en la cara de la claridad.