"No me importa si me observan." ¿Pero qué pasa con los denunciantes? ¿Los periodistas? ¿Los activistas? ¿Los pensadores independientes? ¿Cualquiera que no encaje perfectamente en la narrativa dominante? Cuando normalizas la vigilancia, no solo renuncias a tus derechos, también ayudas a quitarles los suyos.