Las criptomonedas siguen siendo sacudidas por la inflación, las tasas, la geopolítica y los comentarios de la Reserva Federal. Hasta que sus líderes establezcan una narrativa clara que el mercado no pueda ignorar mientras ahogan el ruido de incontables tokens, las criptomonedas seguirán siendo rehenes de fuerzas ajenas a su propio progreso.