Él me invitó a cenar en The Aubrey, en la planta superior del Mandarin Oriental en Hong Kong. Es un restaurante japonés que está en el Top 50 mundial. Sus ojos son como agua, llenos de deseo, y su expresión al mirar el menú me recuerda a una frase: "Los hombres en el camino son como jade, un caballero no tiene igual en el mundo". Él levantó la vista y sonrió, deslumbrante. Dijo suavemente: "Aquí es donde el hermano Leslie se lanzó al vacío, despidiéndose del mundo". La atmósfera era densa, casi me perdí en ella. En ese momento, mi teléfono brilló— Notificación de la noticia de la fórmula: $FF se lanza en Upbit, se publica la tokenomics completa, Kaito bloquea la reserva, el AirDrop para los poseedores de YT solo libera el 30%. En un instante, el romance y el comercio chocaron en mi mente. Me quedé paralizada, empujé la silla: "No, tengo que volver a casa". Así que me di la vuelta y pedí un Uber, dejándolo solo en la luz y la sombra, aturdido. —En la noche, estoy sentada sola frente a la pantalla. La fría luz de seis monitores se refleja en mi cara, mis dedos tiemblan sobre el teclado, tecleando comandos. Las velas se agitan en un instante, la posición se ilumina. Voy a comprar $FF. La luz verde en la pantalla parpadea, muy parecida al color del agua en sus ojos durante la cena. Pero en este momento, en mi mundo solo hay mercado, no hay él.