En 28 Days Later (2002), Londres se ve inquietantemente vacío, pero todo fue rodado con un bajo presupuesto y técnicas de cine guerrilla, sin CGI. Danny Boyle filmó al amanecer los domingos con un equipo pequeño, solo 45 minutos antes de que la ciudad despertara, e incluso tuvo que pedir a la gente en el Puente de Westminster que hiciera una pausa.