Si quieres una economía productiva, necesitas muchas personas productivas que ganen buenos ingresos y sean capaces de trabajar bien juntas. Por eso la educación es tan crítica: las lecciones que enseñamos a nuestros hijos moldean en última instancia la sociedad en la que crecerán. Y los niños que son cívicos pueden disentir de manera reflexiva entre ellos, para que puedan centrarse en entender lo que es verdadero y decidir qué hacer al respecto, en lugar de convencer a la otra parte de que tienen razón.