Una cosa que notas con los tipos comunistas es que experimentan una especie de angustia mental en relación a cosas con las que la mayoría de nosotros estamos bien, como pagar por cosas que realmente consideran útiles y buenas. Por ejemplo, cuando pago mi alquiler o mi hipoteca, me siento bien al respecto. Pero ellos experimentan un profundo tormento psicológico. No lo están fingiendo. Casi tienes que sentir pena por ellos porque les molestan tanto aspectos tan ordinarios de la vida.