Las actuaciones en stop motion sincronizadas de ETH que deletrean un blockhash con basura son un truco ingenioso. Pero aspiro a que estas animaciones vayan más allá de una curiosidad técnica. Muchos abordan temas de desperdicio, consumo y trabajo invisible. Pensando en el vasto archivo de fotos de prueba de entrega tomadas por los repartidores; millones de pequeñas pruebas privadas de que la máquina está funcionando.