Luca y sus dos cofundadores no tenían dinero para su startup. Acordaron que quien consiguiera el mejor trabajo pagaría el alquiler y la comida para los otros dos. Luca recibió una oferta de McKinsey, pero les dijo que una vez que levantaran capital, planeaba renunciar. Aun así, lo contrataron. Un año después, levantaron dinero y él dejó McKinsey. Esa primera empresa fracasó en última instancia, pero utilizaron el capital restante para iniciar Bending Spoons, que acaba de convertirse en el primer decacornio de Italia.