Vive tu vida como si esto ya hubiera sucedido. Si las etiquetas de precio y los rótulos ya no señalizan estatus, no hay nada tangible que puedas presumir. Lo único que queda es el aura. Cómo tu presencia puede hacer sentir a los demás. Tener una personalidad distintiva, una comodidad extrema en tu propia piel y un sistema nervioso regulado es cómo se reconocerá el valor. Todo lo que no puedes fingir como humano.