Para el Día de Acción de Gracias, llevo a la familia y a algunos amigos a un lugar elegante que sirve un lujoso banquete de Acción de Gracias. No encuentro alegría en el arduo esfuerzo de preparar mi propio Día de Acción de Gracias. Lo he hecho muchas veces. Mi conclusión es que no vale la pena y hay una mejor opción.