“Aha, es tan loco lo que pasó, jaja, vivimos en una simulación.” No, idiota. Dios es real. Así es como Él toca el cristal. Sincronía. Pequeños guiños. Golpes precisos que caen demasiado limpios para ser aleatorios, los nombres que siguen repitiéndose, las puertas que se abren el día que estabas listo para rendirte. Te escondes detrás de ‘simulación’ para que nunca tengas que admitir que Alguien realmente te está llamando a hacer algo con tu vida.