Para ser sincero, a veces ser un buen maestro es realmente una gran trampa. Cuando das tu corazón y alma enseñando a otros de forma gratuita y te esfuerzas por ayudar, a menudo lo que recibes no es gratitud, sino envidia y quejas. Es muy cruel, pero es la naturaleza humana. Cuando elevas a alguien que no merece esa altura, su ignorancia y falta de adecuación pueden acabar destruyéndote. El verdadero "salvador" necesita oportunidades y límites. Los expertos nunca ayudan a otros a la ligera; muchas veces, el mayor acto de bondad es permanecer en silencio. Por supuesto que puedes ayudar a otros, pero recuerda: debes tener un sentido de límites, no dejes que tu pasión acabe convirtiéndose en resentimiento. ¿No saben si han tenido experiencias similares? ¿Enseñaste gratis durante horas y al final la otra persona siente que tú le debes algo? 😂 #人生體悟 #現實一點