Tener a Coolidge calificado de manera negativa y a Woodrow Wilson calificado de gran manera es una prueba de que los sesgos ideológicos de Harvard son de larga data. Wilson fue uno de los presidentes más destructivos — y el primero en rechazar a los Fundadores y nuestros principios constitucionales originales. Wilson pensaba que era más inteligente que los redactores de la Constitución. Y su utopismo en política exterior terminó en tragedia. Mientras tanto, Coolidge fue un gran presidente — especialmente en economía, inmigración y constitucionalismo.