Si un demócrata fuera presidente en este momento y estuviera en los archivos de Epstein en la medida en que lo está Trump, habría una transmisión especial en vivo en cada estación, justo en este mismo segundo en Nochebuena, revisando cada palabra, cada frase y cada imagen. Habría una transmisión en vivo de 24 horas frente a la Casa Blanca y en la casa personal del presidente en su estado natal. Varios miembros del gabinete ya habrían renunciado; periódicos y revistas de todo el país estarían pidiendo su renuncia. Esto no es normal; la cobertura ahora no es ni una décima parte de lo que debería ser.