Lamento ser tan autocomplaciente, pero es realmente cierto lo que dicen. Cuando visitas Cisjordania, eres testigo de la brutalidad de la ocupación, ves su funcionamiento interno y llegas a conocer a sus víctimas, no veo cómo es posible que no te consuma y altere el curso de tu vida. Hacer que se detenga se vuelve completamente urgente. Deseo que esta experiencia la tengan todos mis detractores.