En 2006, Ricky Megee tomó una decisión que cambiaría su vida para siempre. Recogió a un autoestopista en un camino solitario en Australia Occidental. Ese único momento desató todo... Lo que siguió fue una pesadilla. Ricky fue drogado, robado y abandonado en uno de los desiertos más duros de la Tierra, desorientado y dejado por muerto. Durante días, vagó sin ningún sentido de dirección, atrapado en un lugar donde incluso el paisaje parecía decidido a terminar lo que las personas habían comenzado. Pero algo dentro de él se negó a rendirse. Bebió agua de lluvia cuando caía. Comió lo que pudo encontrar: saltamontes, ranas, lagartos e incluso sanguijuelas. Su único refugio era la escasa sombra de los arbustos. No había guías de supervivencia, ni herramientas, ni consuelo, solo el calor insoportable, infecciones, deshidratación y una soledad aplastante. Su cuerpo se estaba deteriorando, pero su espíritu? Ese era irrompible. Después de 71 días agonizantes, los ganaderos encontraron a Ricky—apenas reconocible, un esqueleto andante, incapaz de hablar. Pero contra todo pronóstico, estaba vivo. Ricky no sobrevivió porque estaba preparado; sobrevivió porque la voluntad humana de vivir puede desafiar la lógica. A veces es el conocimiento lo que nos salva. A veces es el instinto. Y a veces, la supervivencia es solo tu cuerpo negándose a rendirse. No todavía. © Reddit #drthehistories