Los stop loss crean una restricción artificial que lo obliga a actuar sobre información obsoleta en lugar de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado. Cuando establece un stop loss, esencialmente está bloqueando una decisión basada en su punto de vista en el momento de la entrada, pero esta información se vuelve obsoleta rápidamente, lo que significa que su operación ya no refleja lo que realmente cree que debería suceder. Esto crea un problema masivo en el comercio discrecional. Cuando se opera manualmente, es extremadamente difícil reevaluar y ajustar continuamente una posición en función de la evolución de la información, y mucho menos de varias posiciones.