Descansa en paz Jane Goodall. Inspiraste a tantas mujeres a superar los límites de lo que se nos permitía hacer. Me inspiraste de muchas maneras para hacer de este mundo un lugar mejor. Gracias por todo lo que hiciste. Me enseñaste, mucho antes de que supiera tu nombre, que la verdadera innovación no se forja en salas de juntas o laboratorios, sino en la persistencia salvaje de observar, escuchar y amar ferozmente lo que otros descartan como imposible.