El 2 de octubre de 1780, el mayor británico John André, que ayudó a Benedict Arnold en su complot traicionero, fue ejecutado como espía en Tappan, Nueva York. Según el mayor Benjamin Tallmadge, él y André hablaron durante el cautiverio y el transporte de André. André preguntó cómo lo trataría el general Washington. Tallmadge, que había estudiado con Nathan Hale en Yale, relató la captura de Hale por los británicos 4 años antes. Cuando André preguntó si sus situaciones eran similares, Tallmadge respondió: "Sí, precisamente similar, y similar será tu destino", aludiendo a la ejecución de Hale por ahorcamiento por espionaje. El ejército colonial luchó con el destino de John André. Era evidentemente un hombre bueno y decente que se había visto atrapado en una mala decisión. Los hombres querían que Benedict Arnold pagara, ya que su traición era más atroz y deshonrosa a sus ojos, pero Arnold logró escapar a un barco en territorio ocupado por los británicos y llegar a Londres. Se le unió su familia. Si bien Benedict Arnold nunca enfrentó consecuencias oficiales por su traición, el mercado decidió qué hacer con él. Fue condenado al ostracismo por estadounidenses y británicos por igual, visto como poco confiable y de mala reputación. Sufriría varias empresas comerciales fallidas antes de morir en 1801. Su nombre se convertiría en sinónimo de "traidor" en todo el mundo occidental durante los siglos venideros. Muchos de los hijos de Arnold, que eran inocentes de los pecados de su padre, se convirtieron en generales británicos. A continuación, se muestra una representación de la captura de John André, el 23 de septiembre de 1780.