Praeli: Creo que lo que se ve en todo el país es que las familias se enfrentan a precios disparados de alimentos, vivienda, cuidado infantil, cuidado de ancianos — y las políticas migratorias están directamente ligadas a esto. Recientemente, vimos que el Departamento de Trabajo reconoció que las políticas actuales están perjudicando a las granjas: dificultan la contratación de trabajadores y suben el precio de los alimentos. Y no son solo granjas. Las industrias que dependen de la mano de obra inmigrante — construcción, atención domiciliaria, cuidado infantil — también están sufriendo la presión. Eso se traduce directamente en mayores costes para las familias cotidianas. La compra, la vivienda, el cuidado infantil, la construcción de nuevas viviendas — estas políticas que apuntan a las comunidades inmigrantes en realidad encarecen la vida.