En un nuevo trabajo publicado la semana pasada en Nature, los científicos de materiales @Stanford logrado un avance con relevancia directa para la computación cuántica y la ingeniería nanofotónica. Por qué esto importa en la hoja de ruta hacia un ordenador cuántico criptográficamente relevante (CRQC) 👇
La "temperatura ambiente" es clave porque un gran problema de los ordenadores cuánticos modernos es el coste de mantener todo super-enfriado. Al eliminar ese requisito de conectividad, potencialmente reduces enormemente la complejidad y el coste de estos sistemas.
Además, este trabajo tiene un impacto directo en una modalidad específica de computación cuántica basada en qubits fotónicos (promovida por @PsiQuantum). El trabajo introduce una nueva fuente de luz cuántica altamente controlable con una base física única, lo cual es ventajoso para permitir la integración de la generación e inyección de qubits fotónicos en arquitecturas clásicas de silicio.
Esto es solo uno de una serie de avances recientes y emocionantes en el campo de la computación cuántica. Aunque este trabajo no reduce directamente los costes de recursos para ejecutar el algoritmo de Shor, sí elimina mucha complejidad de ingeniería al construir realmente un ordenador cuántico.
No podemos predecir cuándo llegará el próximo avance ni cuál será. Y deberíamos acoger con agrado la llegada de la computación cuántica como herramienta para los límites del descubrimiento científico. Pero también debemos prepararnos para el impacto que tendremos un CRQC en nuestros sistemas seguros existentes.
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