Max Vadukul, fotógrafo de retratos, que fotografió a Trump en Mar-a Largo, Florida, para The New Yorker el 19 de mayo de 1997: "Esta es una de las muchas fotos 'aéreas' que hice con el señor Trump. Hay mucho en esta imagen, es complicada, sofisticada y poderosa en su poder. Le había mostrado al señor Trump exactamente lo que quería y él tenía esa mirada que dice: 'Oh, puedo hacerlo mejor que eso.' Y tras solo un intento – porque es un gran esfuerzo físico hacerlo durante 12 frames – lo clavó y fue aún más lejos. "Lo que me gusta de esta imagen, que ahora es una foto icónica, es la actitud, la elegancia, la confianza. Por supuesto, en ese momento no le conocía en absoluto, pero la personalidad apareció y hoy se presenta a la presidencia. Esta imagen dice mucho."