En los Juegos Olímpicos de 1928, las mujeres podían correr algo más largo que un sprint por primera vez. Corrieron en el 800. El desastre se produjo rápidamente. Casi todos los periódicos informaron de lo mismo: 5 mujeres abandonaron, todas las demás se desplomaron. Era un caos. Y peligroso. Como resultado, las mujeres estarían excluidas de cualquier carrera por más de velocidad durante los siguientes 28 años. ... Todo era mentira. Nadie se resistía... Una sola historia falsa retrasó el deporte femenino durante tres décadas. Nos enseña sobre el poder de una historia: