Ella volcó todo su corazón en convertirse en profesora—pidió prestados solo 28.000 dólares en 2008—y ha devuelto fielmente 37.000 dólares en 17 años sin dejar de pagar ningún pago. Sin embargo, los intereses compuestos y aplastantes la han dejado con 58.000 dólares... Más del doble de lo que tenía al principio. Ahora, sin trabajo tras los recortes presupuestarios que pusieron fin a su carrera en el aula, está viendo cómo su sueño se convierte en una pesadilla de deudas interminables. ¿Cuántas buenas personas están siendo enterradas vivas por esta trampa de intereses?