Jen y yo estamos destrozados por la trágica pérdida de Rob Reiner y Michele Singer Reiner. Rob fue el genio de gran corazón detrás de tantas de las historias clásicas que nos encantan, con proyectos tan variados como La princesa prometida hasta Unos pocos hombres buenos. Su empatía sin límites hizo que sus historias fueran atemporales, enseñando a generaciones a ver la bondad y la rectitud en los demás — y animándonos a soñar en grande. Esa empatía iba mucho más allá de sus películas. Rob fue un apasionado defensor de los niños y de los derechos civiles — desde enfrentarse a las grandes tabacaleras, luchar por la igualdad matrimonial, hasta ser una voz poderosa en la educación infantil. Hizo de California un lugar mejor gracias a sus buenas obras. Rob será recordado por su notable filmografía y por su extraordinaria contribución a la humanidad.