Estimados liberales, Tú y yo no somos amigos. No estamos de acuerdo en todo, desde el aborto hasta la Segunda Enmienda. Tu sistema de creencias es aborrecible para casi todos los valores personales y políticos que tengo. Dicho esto, intentaste advertirnos sobre Trump. Gritaste y chillaste desde las cimas de las montañas que él no era quien aparentaba ser, y yo, como muchos, me negué a escuchar. Me burlé de ti. Me reí de ti cuando ganó. Me sentí con derecho a su victoria porque dediqué ocho años de mi vida a su campaña. Ahora tengo los ojos abiertos. Este no es el hombre por el que voté. Cuando me equivoco, digo que estoy equivocado. Lo siento. Lo siento.