Amigos, la Navidad se ha convertido en el embudo de ventas más sofisticado del mundo. Ya no se trata de Dios, se trata de tu tarjeta de crédito. El azúcar, el alcohol, la basura, la avalancha de regalos que nadie necesita y que todos tiran son para ellos, no para ti. Te venden "recuerdos" envueltos en deudas, desorden y sin flujo de caja. Nada de eso te hace más libre, más rico o realmente más feliz dentro de un mes. Haz que la Navidad vuelva a ser contraria, sé el raro que termina la temporada con más dinero, más salud y más respeto propio del que tenías al principio.