A medida que la liquidez se recupera, el poder adquisitivo del dólar se erosiona y el capital rota naturalmente hacia activos de riesgo. Cuando la QE se acelera, el exceso de efectivo busca un potencial de subida asimétrico. Quienes mantuvieron la paciencia repartirán beneficios a la próxima ola. El error es salir demasiado pronto.