El problema del fraude no está solo en Minnesota. Está ocurriendo en todos los estados de Estados Unidos, incluido Idaho. Cuando fui Procurador General de Idaho, sabíamos que estas personas estaban malgastando fondos públicos, pero los jueces activistas del estado no nos permitían avanzar con los casos. He redactado proyectos de ley para criminalizar a las ONG y que usen dinero público para inundar el estado de ilegales, pero la legislatura se negó a avanzar. El gobernador Little se niega a cerrar el grifo de los refugiados. Y todo vuelve a una cosa: que los políticos decidan que el poder a través de la migración masiva es más importante que proteger a sus ciudadanos.