Si vendes un producto a comerciantes minoristas, necesitas que crean que no hay esperanza de seguir un camino convencional. Necesitas que crean que trabajar duro, estudiar y mejorar no llevará a buenos resultados. Necesitas que crean que la única oportunidad que tienen de éxito es apostar descontroladamente en los mercados y esperar ser de los pocos afortunados que "lo logran". Necesitas que crean que apostar de forma descontrolada no es irresponsable, que es una respuesta racional a una mala situación y, de hecho, es lo único *responsable* que se puede hacer. Necesitas que olviden los inconvenientes de jugar con entusiasmo. Olvídate de las vacaciones perdidas, las tarjetas de crédito al límite, los regalos que no puedes comprar para tus hijos. Todo merece la pena porque *puede que seas uno de los pocos afortunados*. Necesitas que crean que, aunque las probabilidades estén en su contra, hay secretos que pueden aprender para aumentar sus posibilidades y, lo que es importante, que tú puedes enseñarles esos secretos por un precio mensual bajo.