El Arte Concreto de los años 30 predijo el arte generativo con 90 años de antelación; buscaban un orden matemático puro sin que ninguna emoción o intuición humana interfiriera. El grupo de Max Bill rechazó tanto la pintura realista como el expresionismo abstracto, exigiendo un arte que existiera como pura matemática visible con cero interpretación subjetiva. Su creencia fundamental: "el arte es igual a orden"; cada pieza debería seguir leyes matemáticas armoniosas, no los sentimientos o la visión personal del artista. Esto suena precisamente como el arte algorítmico moderno, donde el código genera formas a través de una lógica computacional pura, eludiendo por completo la subjetividad humana. Como artista generativo, creo que estamos cumpliendo el sueño del Arte Concreto: ¡Crear sistemas visuales objetivos y universales que existan como pura realidad matemática!