Lo que hace que las personas se sientan tan incómodas con la IA es que nos refleja cuán fácilmente programable es la mente humana. Somos biocomputadoras humanas programadas a través de narrativas, memes e información. Ahora, en la era del algoritmo, las personas pueden ser manipuladas a gran escala sin siquiera saberlo. Lo que lo hace aún peor es que todos creen que han ‘despertado’ del anterior lavado de cerebro que ocurría en los medios ‘convencionales’. La mejor manera de mantener a un esclavo como esclavo es decirle que es libre.