Otro ejemplo más de la decadencia en el Reino Unido. Un mercado de capitales disfuncional unido a una regulación creciente no ofrece nada a los propietarios de negocios. Sin empresas en crecimiento, no puede haber una economía próspera. Este es el momento de América para consolidar su lugar como el destino singular, en cualquier parte del mundo, para recaudar capital.