Los comunistas no solo están equivocados, son malévolos. La ignorancia puede ocasionalmente producir algo bueno por accidente, pero el comunismo nunca lo hace. Destruye todo lo que sostiene la vida. El trabajo, el mérito, la propiedad y el orgullo son aplastados metódicamente y sin remordimientos. Un tonto podría errar hacia la prosperidad, pero un comunista la estrangulará por principio.