Google ha acordado reducir el uso de energía en sus centros de datos de IA durante eventos de estrés en la red en partes de EE. UU., marcando uno de los primeros compromisos importantes de "respuesta a la demanda" en la era de la IA. A medida que aumentan las cargas de trabajo de IA, también lo hace su apetito por la electricidad. Este movimiento sugiere un nuevo tipo de equilibrio: inteligencia que se escala de manera responsable con la red que la alimenta. El futuro de la computación podría no solo tratarse de energía, sino de saber cuándo usar menos de ella.