Pensamientos… De la confianza a la evidencia y de la evidencia a la confianza. En las primeras etapas de la vida humana, cada interacción dependía completamente de la persona frente a ti. No había cámaras, no había registros, no había huellas digitales. Tu palabra era tu identidad. Si la gente descubría que eras poco fiable, estabas acabado. La comunidad era la única infraestructura, y la confianza era la única moneda. Eso cambió en el momento en que la tecnología introdujo registros permanentes. Las cámaras, las bases de datos y, eventualmente, internet crearon un mundo donde ya no necesitabas confiar en la persona. Podías confiar en la evidencia. (Capturas de pantalla, video, metadatos, rastros públicos.) Este cambio hizo que la sociedad fuera más responsable, pero también debilitó el instinto que la gente solía tener para proteger su palabra. La evidencia se convirtió en el juez final, por lo que la reputación importaba menos. Ahora estamos entrando en la próxima reversión. La IA hará que cualquier cosa digital sea infinitamente manufacturable. (Imágenes, voces, identidades, líneas de tiempo, realidades enteras.) Cuando la evidencia puede generarse a gran escala, la evidencia pierde autoridad. El sistema regresa a la fuente. La confianza vuelve a la persona, no al archivo. ...