Hoy vi una palabra: Dar y recibir, y de repente pensé que era muy interesante. La conexión entre las personas y el mundo nunca es unidireccional. Cuando damos, también lo recibimos de manera invisible; Y en el proceso de obtener, está dando silenciosamente. Lo que realmente vale la pena pensar no es en lo que damos o recibimos, sino en si se ha formado un círculo virtuoso entre los dos. La motivación humana se puede dividir en tres capas: la parte inferior es el intercambio transaccional, el trabajo se paga a cambio de una recompensa; el nivel medio es la retroalimentación de logros, intercambiando capacidad por reconocimiento y valor; La capa superior es el ciclo de la existencia, realizando el "yo" a través del "dar". Lo que realmente puede calentarse durante mucho tiempo no es el incentivo externo, sino el dar del dar interno lógico de circuito cerrado. Cuando lo que haces es consistente con lo que crees en el significado, el comportamiento se transforma de una tarea pasiva a una expresión activa, y el entusiasmo ya no depende de las condiciones externas, sino que se convierte en un producto endógeno del sistema. Quizás el tema más importante en la vida no es cómo "equilibrar dar y recibir", sino cómo hacer que dar sea parte de lo que se gana y cómo ganar el poder para seguir dando. Cuando se forma este ciclo, nuestra relación con el mundo ya no es consumo, sino simbiosis.