STARKs vs. SNARKs y la Amenaza Cuántica Famosamente, los STARKs son post-cuánticos pero los SNARKs se rompen por los ordenadores cuánticos. ¿Por qué? Me refiero aquí a los SNARKs de curvas elípticas, de esos que la mayoría de vosotros conocéis (como Groth16). Un SNARK utiliza un secreto de "clave de demostración" para permitir que el demostrador responda a una determinada pregunta. La forma en que se crea el secreto es repitiendo muchas veces una operación matemática determinada. Una buena analogía es que empiezas con un cubo de Rubik y haces una operación concreta (por ejemplo, girar un lado + girar el cubo en la mano). Luego, lo repites muchas veces, un millón de miles de millones de millones de veces. El número exacto de veces que haces esas operaciones, ese es el secreto. Luego, presentas el cubo de Rubik estropeado para que todo el mundo lo vea. Ahora, si pudieras mirar el cubo y responder cuántas veces se ha hecho la operación para llegar a este estado actual, rompes el SNARK. Una forma de hacerlo es coger un cubo de Rubik y empezar a trastear con él, contando cuántas veces haces la operación hasta llegar a la configuración publicada. Pero eso lleva mucho tiempo (un millón de miles de millones de pasos). Ajá, pero un ordenador cuántico es un ordenador realmente inteligente que puede mirar el cubo y escupir el número: 112.302.305.166 veces, por ejemplo. Y con esta respuesta, el SNARK queda roto. Vale, ¿y un STARK? En este caso, para romper un STARK tienes que "romper un hash". Un hash funciona algo así: coges un cubo de Rubik y haces una de esas operaciones. Luego escribes el patrón en un papel, lo doblas, lo cortas, permutas los cuadrados de una forma loca y los colocas en un nuevo cubo Rubik. Luego haces otra operación en el cubo de Rubik, y después pasas de nuevo al papel. Y así sucesivamente. El punto importante es este: en lugar de hacer solo un tipo de operación (matemáticamente, una "operación de grupo") en el caso de un SNARK, con un STARK mezclas un gran número de operaciones muy diferentes, que carecen de conexión y estructura. Y esta mezcla, de muchas cosas, es lo que confunde a los ordenadores, tanto clásicos como cuánticos, y salva el día. FIN.