Siempre se nota que a los socialistas en realidad no les importan los pobres. Admiten que el gobierno hace un trabajo terrible ayudando a personas vulnerables y siempre lo ha hecho, pero nunca se cansan lo suficiente como para crear una organización benéfica, crear un programa o demostrar que pueden hacerlo mejor. Su "compasión" solo aparece cuando alguien más se ve obligado a pagar por ello. No es generosidad, es postureo moral con las carteras de los demás.